Te gusta,
no te gusta,
quizás me equivoco
o simplemente
quizás no te entiendo...
Quizás los molinos
no dieron la vuelta
tal vez el café,
no llego a la taberna...
Puede ser que lo rayos
no tocaran su piel,
que quizás el mañana
no lo pude entender...
Es posible,
es probable,
entendible...
aunque yo no lo entienda...
Es completamente tu culpa,
esto de enamorarme...
Entraste, por supuesto,
no tocaste...
Siéntate y espera...
Yo te lo daré todo,
entre bandejas
de oro y plata,
mi corazón...
No mirare a los lados,
quiero concentrarme
en lo que eres
y en lo que me das,
en lo que esperas
y en lo que te daré.
Tienes la culpa
de estas letras, estos versos,
de esas lágrimas…
Te culpo por la emoción
que me da cuando te hablo,
por las noches donde te extraño,
por el suspiro cuando te beso…
Te culpo por robarme el corazón,
aunque no lo quiera de vuelta.
Por tiempos te quise,
en aquel rincón
de mi alcoba,
en aquella esquina
sin luz,
de donde salen mis recuerdos…
Te pensaba,
como aquello inalcanzable,
como aquel partido perdido
como aquel derroche de ganas.
Te tuve, claro, te tengo…
pero sin tocarte,
sin sentir tus manos,
sin besar tu cuerpo.
Por tiempos te quise,
perdón, te quiero…
Tengo una vida
llena de mentiras,
de palabras escondidas
y sentimientos, pintados
con olvido…
Tengo estas lágrimas
sin vida y el
susurro de un te amo
perdido entre mi oído…
Tengo el recuerdo de
un adiós involuntario
el sabor de tus labios
mezclado en la salado
y aquel dolor…
Tengo una soledad
mezclada con mi vida.
Como suspiras de emoción
aunque no te traigo nada
como plantas tu sonrisa
cuando ya voy a la casa
Me encanta lo que esperas
cuando ya no tengo nada
el brillo entre tus ojos
si te llevo de la mano,
la forma en que respiras
si me tienes a tu lado.
Me encanta,
como dominas
sin siquiera decir nada.
