Vuelve...

El verde de tus ojos,
la envidia de los míos,
tu risa inagotable,
la belleza de tu pelo,
hasta tus arrugas,
son todo lo que quiero.

Tus luceros,
lo que siempre desee
y hasta añore,
el lacio en tu melena.

Y ahora, olvídate de todo
te quiero solo a ti,
tu persona, tu cariño indispensable.

La comodidad de tus abrazos,
la ternura de tus dedos
cuando secabas mis lagrimas
y te llevabas mi dolor.

Con tus besos tirados al aire
que llegaban justo a tiempo
y al lugar donde sentía más dolor.

Vuelve, porque siempre supiste darme amor,
porque ante la fragilidad de tu cuerpo
mis abrazos te llenaban de poder o
por lo menos eso quisiera creer.

Olvídate de todo,
quédate con tus ojos,
tu melena y tus besos
y ven a darme un último abrazo
amarrado a la ilusión de otro recuerdo.